Es en Tangshan, una ciudad china a orillas del río Tanghe, donde se alza el proyecto de templo budista de Archstudio Architects.
Gracias a las características del paisaje, como la presencia del río y la densa flora, se pudo lograr la construcción de esta obra maestra evitando cambios drásticos en los elementos naturales e integrándola con suavidad la flora circundante. Para permanecer fiel al alma de ese lugar, no se tocó ningún árbol. Por este motivo, el edificio se extiende bajo tierra, siguiendo secuencias no lineales que no dañan los cimientos naturales de este lugar. El proyecto se estructura como extensiones de ramas y raíces del bosque actual, que forma 5 secciones separadas pero continuas.
Es la sala exterior, excavada en el suelo y utilizada como entrada, la que alimenta la sensación de estar entrando en un lugar de meditación y concentración. Los altos muros de cemento y el estrecho camino crean un marcado corte figurativo entre la realidad de la naturaleza vista desde el exterior y el interior del edificio, ayudando a quienes entran a alcanzar ese estado de paz mental. El uso de cemento para la creación de cada pared y el techo hace que estos se fusionen elegantemente, mientras que los muebles, específicamente fabricados para la ocasión, completan el estilo que introducen las puertas y ventanas de madera. La piedra utilizada para el suelo resulta interesante también por su color monocromático claro, que combina con las pizarras blancas del patio.
La geometría de este templo apunta al equilibrio entre los elementos del interior y del exterior, evocando gracia y una gran facilidad en su deber espiritual de conectar la naturaleza y la humanidad.
Créditos del proyecto:
Empresa de diseño: Archstudio
Diseño arquitectónico: Han Wenqiang, Jiang Zhao, Li Xiaoming
Diseño estructural: Zhang Fuhua
Diseño de agua y electricidad: Zheng Baowei