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Situada en un parque geotérmico patrimonio de la Unesco, The Blue Lagoon es una de las atracciones más populares de Islandia. Consiste en una serie de piscinas llenas de agua de mar muy rica en minerales como el silicio y el azufre. Estas piscinas son calentadas por centrales geotérmicas repartidas por todo el país.

 

El proyecto original de Blue Lagoon, junto con el primer hotel Silica y su restaurante, fue creado por Sigríður Sigþórsdóttir, fundadora de la firma Basalt Architects. Esta firma trabajó recientemente con Design Group Italia para completar el trabajo de construcción de The Retreat Spa, iniciado en 2014.

El diseño de esta nueva área enfatiza los elementos naturales alrededor de la Laguna Azul y minimiza el impacto del edificio con el paisaje circundante, al colocar esta estructura arquitectónica dentro de las grietas volcánicas de una manera armoniosa.

Un alto nivel de flexibilidad caracteriza este proyecto, cuyo plan debe poder adecuarse a a posibles descubrimientos imprevistos durante las obras de excavación. De hecho, la estructura presenta algunos elementos naturales incrustados como si rasgos típicos del paisaje.

Los materiales utilizados para este proyecto se han elegido de acuerdo con los colores y el aspecto del entorno: yeso rugoso, madera y lava.

La estructura de hormigón predominante incluye algunos elementos prefabricados y personalizados. El hormigón exterior ha sido tratado para crear paredes con diferentes patrones y tonos que evocan el blanco sílice y el gris lava solidificado. La fachada y las cristaleras de las salas que dan a la zona de spa, por su parte, están pintadas de gris oscuro y presentan unas perforaciones que recuerdan a la superficie de rocas ígneas.

Las 62 suites han sido decoradas por B&B Italia en un estilo minimalista, con grandes ventanas que ofrecen una vista espectacular de la laguna o de la gran extensión de rocas cubiertas de musgo.

La lava también se ha utilizado en el interior para crear superficies y objetos adecuados al contexto. Por ejemplo la encimera de la recepción y la mesa del chef del nuevo restaurante Moss. La bodega del restaurante se deriva de las prominentes paredes rocosas iluminadas desde abajo, que, junto con los candelabros colgantes, crean un ambiente tranquilo y encantador.